Para lograr un buen funcionamiento de tu negocio, además de la importancia de la imagen de marca, el producto y el emplazamiento, la distribución del espacio en el local es un factor a tener en cuenta para optimizar el tránsito del público hacia las zonas de expositores. Esa circulación se genera a partir de un estudio previo realizado en el proyecto de distribución, donde se valora el recorrido que hace el cliente desde el acceso, generando un recorrido intuitivo donde pueda tener una adecuada toma de contacto con el producto. El objetivo es que el público deambule de forma inconsciente a lo largo del local, canalizándolo de forma que circule por la máxima superficie posible de venta para poder potenciar la compra de todos los productos de la tienda.
El estudio de la circulación del público a lo largo de una tienda da lugar a una serie de parámetros que se repiten con frecuencia y se han de tener en cuenta:
- Existe una tendencia generalizada de dirigirse hacia la derecha del establecimiento. Esto es un factor que puede influir en la situación de la entrada del establecimiento a la derecha para lograr conducir al público hasta el fondo del local, maximizando las posibilidades de venta.
- Circulación en sentido contrario a las agujas del reloj.
- La inmensa mayoría del público suele visitar sólo el espacio inicial del local, siendo un número reducido el que accede hasta el final del local.
El técnico que realice el proyecto de distribución del local comercial tendrá que tener en cuenta la organización de los distintos espacios en base a potenciar la atracción y la maximización de las circulaciones:
- Fachada y escaparate:
Se trata de la zona de la tienda que va a ser determinantes en la decisión del público de acceder al interior. Se encuentra en la zona frontal del local y a través de ella se transmiten los valores de la imagen de la marca: novedad, modernidad, tradición, bajos precios…
Los valores que se transmiten a través de la fachada han de ser los mismos que se encuentran presentes en el interiorismo del local para lograr una imagen clara y coherente de la marca. Además de la estética de la misma, el rótulo completa la imagen que se desea transmitir, el cual debe ser diferente e innovador para captar la atención de los viandantes.
No debes subestimar la importancia del exterior del local, ya que se trata de un elemento de atracción para nuevos clientes que no se encuentran familiarizados con la marca, siendo conveniente ofrecer un exterior atractivo y diferente para favorecer la interacción con el público.
2. Entrada:
Se trata del elemento que separa al público del interior del establecimiento, siendo conveniente que su diseño favorezca la intención de entrar desde el exterior. Los factores a tener en cuenta en el diseño de la misma son los siguientes:
1. Número de accesos: dependiendo de la superficie de la que disponga el local y sus características será conveniente una o más entradas al local. La ventaja de concentrar la zona de acceso en una entrada única es un mayor control del público que accede y sale del local, evitando posibles robos.
2. Tipo de entrada: la entrada puede estar definida por una puerta abatible, giratoria, de apertura automática… o incluso puede caracterizarse por la ausencia de puerta, tratándose de una entrada abierta donde una cortina de aire asegura la correcta climatización del local, favoreciendo la entrada del público al eliminarse toda barrera física de acceso al interior.
3. Amplitud de la entrada: una entrada amplia, favorece la entrada al local frente a una entrada de reducidas dimensiones, siendo necesario equilibrar el espacio dedicado a la entrada frente al dedicado a escaparate para que las dimensiones queden lo más adecuadas posible, reduciendo la obstaculización de personas en el acceso y favoreciendo una buena visibilidad desde el exterior.
4. Ubicación en fachada: una entrada centrada favorece una imagen armónica del exterior y una distribución simétrica del espacio interior del local; sin embargo, como ya se ha explicado antes funciona también bien un acceso en la derecha por la tendencia del público a dirigirse en esta dirección, organizando el interior para favorecer el máximo recorrido del interior del local.
3. Zona de acceso:
Una vez superada la entrada, la zona de acceso es el punto de inicio del recorrido interior, donde se debe crear un espacio amplio y abierto desde donde fomente la visibilidad del producto para potenciar su consumo, mostrándolo al alcance del público.
La zona de acceso es el punto donde el cliente tiene su primera toma de contacto con el ambiente interior, y por tanto desde donde se le debe estimular para conocer el producto. Para ello es conveniente proyectar espacios que ofrezcan amplitud al consumidor para su comodidad, evitando que se encuentre con obstáculos en el camino que le hagan adoptar una actitud reticente frente al producto.
El espacio de acceso del local es un lugar idóneo para ubicar las novedades existentes o aquellos productos cuya venta se desee potenciar en el establecimiento mediante un expositor atractivo, que provoque una buena primera impresión del público que accede al interior.
4. Zona de exposición:
La exposición del producto no se reduce sólo al escaparate, sino que el interior ha de concebirse como una extensión del mismo, donde el mobiliario juega un papel fundamental tanto en la exposición como en la distribución del espacio y las circulaciones.
Para diseñar este espacio es importante que el interiorista tenga conocimiento de las cantidades de producto que se va a exponer y las que se van a almacenar, con el objetivo de diseñar un mobiliario adecuado para la distribución de la mercancía por la tienda de una forma atractiva para el consumidor. Los expositores podrán ser prefabricados o diseñados exclusivamente para el local. En éste último caso, su diseño conforma una de las partes más importantes del trabajo del interiorista, favoreciendo la imagen de marca y la distribución de espacios.
Las paredes se convierten en zonas potenciales de exposición de productos mediante mobiliario de pared, liberando el espacio para la circulación y el emplazamiento de expositores de baja altura que permitan la visibilidad del conjunto del local.
5. Punto de venta:
El punto de venta es el lugar donde el cliente realiza la compra del producto y cuenta con tres elementos: la caja, un espacio para depositar los productos que se desea comprar y una zona de artículos de venta.
Ha de proyectarse en un punto del local que tenga la mayor visibilidad posible. Pudiendo localizarse cerca de la entrada, marcando el final del recorrido de compra, en el espacio posterior a la entrada, siendo visible desde la zona de acceso o en un lateral, fragmentando el espacio de exposición del producto.
6. Espacios auxiliares:
Se trata de los espacios destinados a probadores, aseos para clientes y aquellos espacios de uso exclusivo del personal del establecimiento. Suele ubicarse en la zona posterior del establecimiento, para liberar el resto del espacio destinado a exposición y venta garantizando así su máximo aprovechamiento y la integridad del conjunto del diseño.
Una buena propuesta de diseño y distribución del local comercial, favorecerá el buen funcionamiento de tu negocio, mediante la atracción y la creación de un espacio práctico y cómodo para la circulación del cliente de forma fluida a lo largo del establecimiento.
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