Si tienes una idea clara del producto que quieres vender, tal vez sea el momento de plantearte el diseño de la imagen que quieres ofrecer de tu negocio. Hoy en día vivimos en un mundo donde la imagen ha adquirido un papel primordial en la comercialización de productos y servicios, incorporándose sin que seamos conscientes en nuestra vida cotidiana.

La imagen corporativa que se transmite al público juega un papel esencial para promover la lealtad a la misma y por tanto es una herramienta que ayuda al posicionamiento en el mercado existente. No debemos caer en el error de pensar que un buen producto lo es todo, sino que para alcanzar el éxito es necesario vincularlo a  unos valores y un estilo de vida para fomentar la venta del mismo. Esto es lo que marca la diferencia y lo que hace decantarse al consumidor por una marca frente a otra.

1. Definir una imagen de marca:

Es trabajo del diseñador del espacio comercial definir una imagen de la marca, trasladándola al conjunto del espacio de venta. Este paso suele ser previo a la elección del local comercial o emplazamiento. Esta imagen es la que ayuda a aportar un valor añadido a tu negocio que te diferencia de otros comercios que ofrecen el mismo producto.

La coherencia del interiorismo con las cualidades que se quieren transmitir de la marca es esencial para reforzar el mensaje y lograr conectar con el público. De ahí que todos los aspectos de la imagen corporativa deban ser coherentes para lograr una idea clara que cause un mayor impacto en el consumidor. Para ello, es necesario entender el producto y el público al que va dirigido, extrayendo así unos valores que definan la marca y la diferencian de sus competidores.

La fidelidad a esos valores que definen la marca es importante para poder imponerse al resto. Los principios que conforman la imagen corporativa de un negocio pueden desglosarse en:

•  Propósito:

El propósito del negocio constituye el origen de la actividad y sus principios esenciales. Estos principios son fundamentales para analizar la posición que va a adquirir en el mercado respecto a sus competidores y consolidar la idea sobre la que se va a desarrollar la imagen del negocio.

• Valores:

Se trata de los valores y experiencias que quieres vincular a la imagen del producto, con los que quieres que se identifiquen los consumidores. El objetivo de los valores es crear una conexión emocional con el público y generar la necesidad y deseo de consumo del producto.

• Imagen:

La imagen constituye la parte más importante del desarrollo de la marca y debe reunir el propósito y los valores del negocio a través de su materialización visual. Mediante la imagen se define un estilo homogéneo para  el diseño de la marca y el diseño interior.

Esto permite la creación de un manual de imagen corporativa, que reunirá los fundamentos de dicho estilo para garantizar una coherencia en la implantación de la imagen corporativa en distintos lugares sin perder los valores y el propósito de la identidad del negocio.

El manual de imagen corporativa reúne las pautas que han de seguir el logotipo, los colores corpóreos, las imágenes, el mobiliario y materiales a emplear en cualquier lugar donde se desee implantar la actividad comercial.

2. Creación del logotipo:

Para que la marca o logotipo de la empresa sea interesante y efectivo es importante que reúna las siguientes características:

• Sencillez: debe ser corto, legible y funcional. Si la marca es complicada será más difícil de recordar.

• Permanente: la marca ha de caracterizarse por un diseño emblemático que tenga personalidad, con una determinada tipografía, una gama de colores, una imagen, etc. que permanecerán invariables con el objetivo de ser rotunda, fácil de identificar y no crear confusión en la imagen corporativa. La percepción visual de la marca ha de ser el elemento más importante a tener en cuenta a la hora de realizar el diseño.

• Memorable: la marca debe caracterizarse por crear recuerdo en el público.

• Único: su diseño debe caracterizarse por ser diferente y atractivo para destacar y crear impacto.

 3. Desarrollo del interiorismo:

El interiorismo va a venir definido por los colores, logotipos y sensaciones establecidas por el manual de imagen, cuyo objetivo es promocionar la marca a través del diseño que presenta el espacio.

En el proceso de desarrollo de la identidad corporativa, el diseño interior es el resultado de una puesta en común de ideas del emprendedor y el interiorista. Éste último presenta imágenes de las distintas posibilidades de diseño en base a los valores que se quieren transmitir en el negocio, hasta llegar a una idea definitiva. En base a esta idea se elabora la información necesaria que ha de contener el manual para garantizar la homogeneidad de distintas implantaciones del mismo negocio:

–          Planos detallados del mobiliario.

–          Planteamientos de distribución y configuración del espacio.

–          Lista de materiales y acabados.

–          Detalle del tipo y la disposición de la iluminación.

4. Ejecución del proyecto comercial:

El manual de imagen corporativa permite que el emprendedor pueda asignar al técnico que desee para la dirección y ejecución del proyecto, aunque siempre puede contar con el asesoramiento del mismo interiorista que ha diseñado el manual para la elaboración de los planos para cada local, en función de las pautas ya definidas y la supervisión de la obra. De ésta última forma se garantiza la resolución de las dudas que puedan surgir durante la ejecución.